El depredador se acerca, sigiloso. Ha encontrado a su presa, y no piensa dejarla escapar. Se oculta bien, el humano no lo ha visto, duerme tranquilo y no podría ni imaginarse cuál va a ser su destino. Cuidado, el depredador ha pasado muy cerca de un oído y ha captado la atención de su presa. Es el momento, antes de que reciba una sacudida. El depredador ha encontrado el punto débil de la presa, justo en el pliegue del nudillo del dedo índice. Ya es suya. Está dispuesto a chuparle toda la sangre. Terrible final el del humano.
Drácula
No, no es drácula, ni un helicóptero de combate, es el mosquito co**nero de todos los veranos. Llegó antes de que tú nacieras a tu cuarto, hiberna en los inviernos y sale a cazar con el buen tiempo. No te llega a matar, pero te deja malherido, obligándote a utilizar uno de los remedios ancestrales de tu iaia. Y cuando creíamos que no podía ser peor, no está solo.
Los colegas
Arañas, garrapatas, abejas, pulgas, medusas, águilas, serpientes cascabel, escorpiones y tiburones blancos son el resto de la mafia. Tienen otros métodos, igual o más efectivos. Para distinguir el tipo de picadura, hay que explorar al paciente. Si el paciente viene con un traje apretadito, le salen lianas de las muñecas y lucha contra el mal, picadura de araña. Si se rasca detrás de las orejas con los pies, pulgas. Si parece un globo aerostático, picadura de 100 avispas. Y si el paciente tiene una marca de 3000 dientes y está muerto, problablemente picadura de tiburón.
La teoría de mi iaia
Según el Instituto Mundial de Insectos y otros Bichos, 9 de cada 10 mosquitos prefieren a mi primo antes que a mi. La teoría de mi iaia dice que mi primo tiene la sangre dulcecita. Según datos científicos que se atreven a contradecir a mi iaia, es el dióxido de carbono que mi primo emite al respirar y el ácido láctico de su sudor lo que les atrae. Es como cuando se echa AXE para ligar. Los niveles de estos compuestos atrayentes pueden variar según la dieta y el ejercicio y por supuesto, la herencia genética.
Bajo la lupa
No te lo recomiendo. Observar un insecto de cerca puede dar un poco de repelús. Pero como he llevado a cabo un trabajo de campo exhaustivo para este post, y he visto un par de vídeos gore en YouTube, te voy a contar cómo lo hace. La hembra de mosquito (en otras especies son ellas las que mandan) necesita proteínas y otros componentes de la sangre para producir huevos. La mamá mosquito clava su probóscide (el pincho, vamos) en la epidermis hasta encontrar un capilar de dónde obtener la sangre. Al mismo tiempo, inyecta por otro «pincho» fluidos salivales, que contienen sustancias anticoagulantes. Son estos fluidos los responsables de la reacción alérgica que causan las picaduras, y también de la trasmisión de enfermedades.
Los mosquitos no se lavan los dientes
Si no eres demasiado llorón, levantarte con alguna picadura de mosquito no será más que una anécdota con los amigos del tipo: «Tío, es que solo me pican a mi». Estás de suerte. Según la OMS, los mosquitos y demás insectos son responsables de la trasmisión de una larga lista de enfermedades infecciosas como el dengue, la malaria o la enfermedad de Lyme, que pueden llegar a ser mortales. Para ser justos, ellos no saben que son asesinos. Si «pican» a una persona enferma, la saliva del mosquito puede contaminarse con la infección y ser trasmitida a través de otra picadura a una persona sana.
El anti-AXE
DEET, IR3535 o Icaridin son los ingredientes que deben tener los repelentes recomendados por el Ministerio de Salud. La EPA recomienda algunos más como la citronella, o el 2-undecanone. En todo caso, la elección del repelente dependerá del nivel de protección que se necesite y deberá ser siempre consultada, por ejemplo, antes de un viaje.
Remedios ancestrales
Yo ya no sé qué hacer, me pica. Mi farmacéutico tiene un arsenal de geles naturales y armas químicas como antihistamínicos o corticoides tópicos que dice que me pueden ayudar, mi profesor de yoga dice que si aguanto el picor conseguiré librar a mi yo interior, Dios me ignora y la iaia y sus ancestros tienen pócimas secretas a base de amoniaco, sal, vinagre y otras cosas que hay en la despensa. Quiero mucho a la iaia, pero el farmacéutico me da más confianza.
Bibliografía
Mi iaia
Instituto Mundial de Insectos y otros Bichos
www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/salud/consejosViajero.htm
www.who.int/mediacentre/factsheets/fs387/es/
www.epa.gov/insect-repellents/skin-applied-repellent-ingredients