Sigo con asiduidad el blog de Boticaria García, que os recomiendo encarecidamente. En su libro El Paciente Impaciente y Otras Anécdotas de la Boticaria García, detalla un extenso número de tipos de paciente, de los cuales os aseguro que tenemos representación en todas las farmacias españolas. Si bien en mi modesta opinión le falta uno: el paciente métrico decimal.
Este paciente se caracteriza por ser un fanático de las medidas, es capaz de medir la temperatura a su hijo cuarenta veces seguidas (labor facilitada por los nuevos termómetros de infrarrojos que miden la temperatura en el oído de manera casi instantánea). O de tomarse la tensión 15 veces en 2 minutos (otro día os contaré como se ha de tomar la tensión en casa). Con la consiguiente inseguridad que provoca el hecho de que no todas las medidas arrojen exactamente el mismo resultado.
Vamos por partes:
- Los instrumentos de medida tienen un error y una incertidumbre inevitable. ¿Quiere esto decir que no nos podemos fiar del resultado? No. Ojo, tendremos que asegurarnos que se trate de equipos que cumplen los requisitos de calibración y validación.
- Los parámetros biológicos que medimos, por el mero hecho de ser “biológicos” no son fijos, cambian con el tiempo y en ocasiones rápidamente.
- A parte de estos dos posibles grupos de variables, tenemos los derivados de la pericia de quien los utiliza. No siempre se colocan correctamente, y pequeñas variaciones en la colocación pueden originar discrepancias en las medidas.
Si queremos obtener el valor que con mayor probabilidad se acerque al real podemos realizar múltiples medidas y promediar el resultado.
Conclusión: las pequeñas variaciones entre medidas no tienen por qué preocuparnos sobre la exactitud. Lo importante es que no suponga variación sobre las decisiones a tomar. Por ejemplo, si te tomas la temperatura y sale 38,0ºC en una medida y después 38,2ºC, el resultado va a ser el mismo; tienes fiebre, toma paracetamol. Si sale 40,6ºC en una y 40,8 en otra; tienes fiebre muy alta acude al médico. 20,0ºC en una y 42,3ºC en otra; o el termómetro está roto o lo estas poniendo mal. 53,7ºC en una y 60,2 en otra; vigila al niño, lo está acercando a la bombilla porque no quiere ir al colegio.
En ocasiones siento nostalgia de los tiempos “analógicos” en los que los termómetros eran de mercurio y no se nos ocurría hacer más de una medida. Por cierto, actualmente hay termómetros de galio (muy parecidos a los de toda la vida) para los que no quieran caer en la tentación de las medidas múltiples.
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